Los niños no tuvieron reparo en alabar y bendecir a Jesús en su entrada a Jerusalén. Su mirada limpia, sencilla, sin prejuicios nos enseña a mirar a Jesús Crucificado con el deseo de curar sus heridas, consolarlo y descubrir su amor.
Esto es lo que queremos anunciar con estos pasos portados por estos niños y niñas de Educación Infantil.
Agradecemos a todos los que han hecho posible que la banda de cornetas y tambores estuviera un año más con nosotros dando solemnidad a nuestra procesión.