Hoy le pedimos a Ella que nos enseñe qué es la humildad. Que nos ayude a reconocernos criaturas de un Creador y por eso, pobres y pequeños de corazón.
¡Madre, enséñanos a ser humildes como Tú! Dios te salve María …
(Repetimos esto tres veces)
Al terminar de rezar cada Ave María, repetimos estas palabras que les dijo la Virgen de Fátima a los tres pastorcitos:
“¡Oh Jesús mío! Perdónanos nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva
al cielo a todas las almas, especialmente las más necesitadas de tu misericordia”.
Rezamos juntos la oración: ORACIÓN DE SAN BERNARDO
Acuérdate, Virgen María, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a tu protección, pidiéndote ayuda, ha sido abandonado de tí . Animado con esta confianza, a tí también acudo, ¡oh , Virgen, Madre de las vírgenes! Y aunque con pena, porque tengo pecados, me atrevo a ponerme delante de ti para pedirte que me protejas y me enseñes a ser un buen hijo tuyo. ¡oh Madre de Dios y Madre nuestra !, concédenos esto que te pedimos.