Hoy el día se nos abría lleno de experiencias y vivencias, de sueños y deseos… pero lo vivido ha superado todas nuestras expectativas.
Comenzamos la última etapa de nuestro camino: Valga-Santiago.
¡Qué “subidón” al entrar en la plaza del Obradoiro y ver que habíamos sido capaces, juntos, como Iglesia de Málaga, llegar a la Meta. Sentimientos difíciles de plasmar en palabras.
Esta tarde, unimos a todos los jóvenes europeos que participamos en la PEJ, hemos asistido a la apertura de este encuentro. Hemos sentido y palpado una Iglesia viva y joven, capaz de vibrar desde el entusiasmo y la alegría como quizá lo hizo el apóstol Santiago al encontrarse con Jesús.
Han sido los mismos voluntarios los que nos han explicado el logo y el lema de este encuentro. Nos ha dado la bienvenida D. Carlos Escribano, arzobispo de Zaragoza.
Hemos cantado y bailado con Rubén de Lis, compositor del himno de la PEJ.
Hemos podido escuchar el testimonio de jóvenes que han recorrido como nosotros, el último de ellos ha sido de una antigua alumna del colegio Inmaculada Concepción de Palma del Río y miembro del movimiento Paz y Bien, Rocío Navarro.
Esta noche tendremos la oportunidad de visitar el sepulcro del apóstol y tendremos una celebración de la Palabra en la Catedral.
